
Y es que, con el objetivo de debatir y poner en común modelos de intervenciones y estrategias que apoyen un mejor uso de los recursos en las enfermedades cardiovasculares, decisores, gestores y clínicos de diferentes comunidades autónomas se reúnen en Madrid en el marco del III Foro de Gestión de la Enfermedad Cardiovascular, titulado “Innovación y Eficiencia en el Manejo del Paciente Cardiovascular”, organizado por MSD.
“Debemos conseguir que las agudizaciones de los pacientes crónicos complejos puedan ser prevenidas y atendidas en el entorno comunitario. Con relativa frecuencia, las hospitalizaciones son un recurso evitable e innecesariamente caro. La atención integrada y las buenas prácticas colaborativas son la clave para la mejora de la atención del paciente con cronicidad y ello es especialmente importante en personas con alto riesgo cardiovascular”, ha dicho.
La estratificación del riesgo se consolida como una herramienta de gestión tanto a nivel clínico como poblacional en la mejora de la atención a pacientes crónicos. “Se persigue identificar a pacientes con determinados perfiles de riesgo con el fin de reasignar los recursos y definir mejor las intervenciones sanitarias y sociales”, ha dicho Jon Orueta, uno de los responsables del proyecto Estratificación de la Población en Osakidetza.
Por otro lado, las organizaciones sanitarias ya disponen de recursos institucionales importantes que les permitirían de forma ágil impulsar cambios y monitorizar su impacto en su organización.
“Los indicadores deberían plantearse no meramente para medir la actividad, sino para ayudar al profesional sanitario y al gestor a tomar decisiones que supongan mejorar la salud del paciente”, ha dicho Ana Miquel Gómez, gerente adjunta de Planificación y Calidad del SERMAS.
Para esta experta, “es frecuente encontrarse con indicadores que buscan exclusivamente el control presupuestario". Si bien esto es necesario, lo es también monitorizar y actuar sobre aspectos preventivos y de promoción, "sobre aspectos asistenciales y del proceso de atención, además de evaluar el impacto a través de indicadores de efectividad que nos aproximan a conocer nuestros resultados en salud”, ha añadido.
Por su parte, la directora general de Salud del Departamento Navarro de Salud del Gobierno de Navarra, Cristina Ibarrola Guillén, cree que “a los sistemas de información hay que exigirles un mayor rendimiento para que a través de una organización innovadora de los mismos ayuden al profesional sanitario a identificar de forma inequívoca los pacientes severos y cuáles deben ser la actuaciones prioritarias".
Con frecuencia se asocia de forma indiscriminada la innovación con un mayor consumo de recursos. Sin embargo, en palabras del director de Market Access de MSD, Bernardo Alonso Carús, “es necesario aplicar la innovación a la hora de generar eficiencias en sanidad.
"Por eso es bueno revisar, con valentía, aspectos más bien estructurales de las organizaciones sanitarias para impulsar cambios que a su vez permitan afianzar mejoras a largo plazo”, ha añadido.
Y, “para conseguirlo, hay que trabajar con una visión integral del paciente, que permita identificar bolsas de ineficiencias en las distintas fases del proceso asistencial”, ha dicho. “Todos los agentes implicados, ya sean gestores, profesionales sanitarios, pacientes o industria debemos contribuir activamente a construir en colaboración estas eficiencias”, concluye .
Fuente: conSalud
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